Aquí vive gente

Este espacio al que hemos llamado museo, justamente como una forma de confrontar esa noción y la institucionalización de la memoria y la experiencia, es aquello que muchos museos no son: un espacio para habitar, un lugar que va más allá de la contemplación de los objetos y su mediación jerarquizada para dar paso a la construcción de un sentido, una memoria y un imaginario en común. En este proceso de trabajo en colectivo las organizaciones han creado una forma de asociatividad y solidaridad que va más allá de aquello que se exhibe, sino que propone un lugar de resistencia y movilización que desarrolla procesos de reclamo, re-apropiación del territorio y afianzamiento de lazos comunitarios, y que recupera el espacio de encuentro entre los cuerpos para acompañarse y afectarse unos a otros en sus experiencias y luchas.

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