A lo largo de tres semanas en este espacio se cosieron cuatro telas como parte de un proceso colectivo de memoria y tejido. Para diseñarlas participamos de talleres de memoria escrita y de creación en tela liderados por la Unión de Costurero, en los que se dibujaban o escribían las experiencias que todos hemos tenido con diferentes formas o manifestaciones de la violencia, para luego diseñar unas telas en colectivo con simbología sobre eso o para hablar de las experiencias de unión, sororidad y afecto en las organizaciones a las que pertenecemos.

La tela central “Aquí vive gente” recogió imágenes de las cuatro organizaciones locales que conformaron este proyecto: Unión de Costurero, Casa B (a través del Boletín Periférico y Círculo de Mujeres Aisha), Espacio Odeón y el Centro No Se Vende. Las telas que se hicieron fueron una representación de nuestro proceso de trabajo en colectivo a lo largo de 3 meses.

En el espacio presentamos tres telas: “El árbol del desplazamiento” narraba la historia de un proceso de desplazamiento, cómo una familia tuvo que salir de su lugar de origen a causa de un hecho victimizante. Las hojas que se estaban cayendo, así como las personas, representaban lo que se queda en el camino; mientras que las casas y la naturaleza se referían al territorio y la vida que se tuvo que abandonar.

Las telas de Círculo de Mujeres Aisha y Espacio Odeón fueron procesos de encuentro entre los equipos de las organizaciones, maneras de conocernos de forma más profunda y de representarnos y crear una memoria de nuestros procesos juntos. En el primer caso la tela tomaba la sororidad, la unión entre mujeres y la cocina como lo central a la experiencia del Círculo de Mujeres Aisha; en el segundo se presentaba el edificio Odeón, el equipo de personas, el arte, los procesos de trabajo y la fiesta como formas representativas de la historia del espacio.